Cada año, el último viernes de noviembre se repite el mismo espectáculo: banners negros, letras rojas, relojes con cuenta regresiva y promesas de descuento irrepetibles. Las redes se llenan de anuncios con números tachados y frases que parecen gritarte “¡Compra ya o te arrepentirás!”. Pero si uno mira de cerca, algo no cuadra. Esos “superdescuentos” no son tan super. Muchos comercios elevan sus precios unas semanas antes del Black Friday …



